lunes, 15 de diciembre de 2008

ARTURO BORRA: el poeta que salta las vallas

En la imagen, Arturo Borra y Jesús Ge, en primer plano, y tras ellos Pepe Mora, en las jordanas de Puertas Abiertas convocadas por Salvem El Cabanyal (oct-nov 2008, 10 ºaniversario)



Los monos


Aquí se vive como en otro mundo: ciudadanos de primera

clase en regiones desclasadas -aquí hay antibióticos que

anestesian las involuciones: historia civilizada/ salario amedida/

ropa para los animales desnudos que arriban.

Vivirán como no pudieron en la fractura de su suelo:

encontrarán alojo/ formularios a gran escala si alcanzan

los frutos para otra boca.

Sólo tienen que trepar las alambradas como monos

sedientos de paz/ furiosos/ locos de miedo que claman por

un recinto donde volver a mirar lo alto.

No es difícil si vienen con su gimnástica hambrienta y

su musculatura entrenada en la vacancia.

No es que sean monos: apenas una forma de nombrar la

distancia.

Aquí tendrán residencias/ huellas dactilares/

filantropía/ arboledas.



Texto de Arturo Borra,
del libro "Anotaciones al márgen" publicado en MLRS
en su biblioteca virtual en octubre 2008.
Pinchando en el título del poemario,
acceso directo.

21 comentarios:

Julio Obeso González dijo...

Que Arturo es un poeta ajeno a la comodidad de la vida y las letras, no es ninguna novedad. Este poema que seleccionas, querido amigo, podría ser un resumen de la poética Borra. Es contagiosa su alerta, la disciplina autoimpuesta para no pasarle una, a la vida desatenta.
Agradezco a Miguel Iñiguez este espacio en el que colaboras, ya desde hoy lo integro en el mío. Un fuerte abrazo a los dos, compañeros.
Julio

Jesús Ge dijo...

Inquietante, certero, directo al hígado, como nos tiene acostumbrados Arturo.

Con ese impactante y contundente verbo que atesora, y que deja tras de si una huella en la retina de la conciencia.

Gracias Arturo.
Gracias Víktor.
Gracias Miguel.

Saludos capicuas.

Anónimo dijo...

He leído “anotaciones al margen”, para mi desde luego no tan acostumbrado, dura perspectiva verlo así reflejado, una aproximación que sería ver desde ese otro lado de la pantalla del telediario. El hecho de que Víktor nos acerque su lectura da cuenta de que éste blog busque por sí solo su justificación, aquello de pertinente, ocasional, evento, sentido de creación. Se verá con el tiempo. Os agradezco la visita, también me dejaré ver en vuestros blogs.
Un saludo a los tres

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Julio:

Es verdad. Esto de Arturo es identitario. Su piel, su rostro fatigado de la foto, no son pose, no están para lucimiento. Son la verdad de una vida que atestiguo sincera, luchadora, humilde, corajuda y poéticamente muy de atender, de escuchar, de atreverse a dialogar.

Miguel nos deja con su limpidez de corazón y su sencillez un espacio de conversa que no tiene precio. Gracias, Miguel.

abracitos,

Víktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

La verdad es que no pude al releer anotaciones al margen dejar de poner ese poema tan mono, tan vivaz y actual.

Jesús, qué bueno es tener por donde compartir y explorar eso que somos y a veces apenas confrontamos.

Un abrazote

Víktor

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Miguel:

Esta tu/nuestra casa.

No se puede pedir más.

Me alegra que vayas leyendo
a Arturo. En la relectura
aún gana. razón de más para
ser lector. La multiplicidad,
el descentramiento, la intuición.
La re-escritura. El diálogo.
Vivir y convivir por la poesía
desde lo que somos.

Un abrazo,

Laura Giordani dijo...

Gracias Víktor, Jesús, Miguel (pasaré más seguido por tu estación de acacias). Anotaciones en el margen fue un libro de poemas dolientes. Durante su gestación,estuve cerca y sé cuánto desgarro, exilio y mirada extrañada de una Europa indiferente, confabularon en el pulso de Arturo.
Un abrazo fuerte.
Laura,

Arturo Borra dijo...

Ayer leí esta entrada para mi sorpresa. Por eso, antes que nada, tengo que agradecer a Víktor en primer lugar y a Miguel por dar cabida a este poema en prosa. Aunque ya responderé a cada uno, señalo que si tiene algún acierto “Anotaciones…” –lo cual tampoco es una evidencia- es que no hay en absoluto ninguna exageración. Quizás hasta me quedo corto. Después de trabajar más de un año en una ONG de ayuda a inmigrantes como orientador laboral (y profundizar mis conocimientos sobre la problemática de la inmigración), puedo decir sin temor a equivocarme que Europa es cada vez más racista, xenófoba y aporofóbica, lo que no significa que no haya gente –muchos de nosotros- que luchan contra estos valores dominantes. En otras palabras, además del padecimiento personal que también yo he atravesado (y sigo atravesando por mi condición de extranjero, por ejemplo, en las inhabilitaciones profesionales a las que sigo sujeto… incluyendo el feudal y aristocrático espacio universitario), lo que remarcaría es el padecimiento que en general Europa imparte a los “otros” (es lo que algunos llaman el “membrana asimétrica”: crear muchas barreras de acceso y muy pocas para las salidas… Se habla mucho de los “rumanos” como “delincuentes”, los “moros” como “traficantes”, los “árabes” como “terroristas en potencia”, etc….etc..y luego se pretende que estos colectivos actúen sin recelos… ¡cuando se los margina permanentemente! Todo esto es muy extenso, desde luego, y tampoco se trata de victimizar a nadie, sino más bien de comprender qué está ocurriendo en una Europa que anuncia por un lado un discurso universalista de derechos humanos y por otro no duda en vallar todas sus fronteras para evitar el paso incluso a aquellos que más lo necesitan: los refugiados. En cualquier caso, lo dicho es poco…
Muchas gracias a todos y un fuerte abrazo desde la complicidad,
Arturo

Anónimo dijo...

Arturo:
Yo te puedo hablar de una sensación que personalmente he vivido en los talleres (metalúrgica), en donde he trabajado 29 años. Es el miedo del que viene de afuera, cuando un candidato al puesto de trabajo venía a hacer la prueba pertinente. Por supuesto no era lo mismo si tu intentabas acceder, ya, en otro taller. Por mucha oficialía o habilidad en la materia, luchas contra esos elementos adversos en vistas a ser aceptado por el grupo, sus pruebas entre rangos y escalas de poder. El metal es frío y se deja sentir con crudeza en estos ambientes de incertidumbre, una sensación angustiosa, donde nadie conoce a nadie ni quiere saber.
Lo pongo de ejemplo desde mi experiencia. A nivel sociológico comporta por supuesto otro análisis y en función de qué respuesta queramos obtener.

Agradezco tu sello y viva aportación y entiendo que digas “no exageran los textos”. Si te soy sincero me costo leerlo. Son ventanas de un frío inagotable como te decía y las más de las veces no es el sistema quién nos proporciona la solución inmediata, es el cercano, constantemente cercano y que menos imaginábamos.

Un abrazo

Arturo Borra dijo...

Querido Julio, gracias por tu comentario generoso. No voy a negar lo que dices, porque sería una forma de reafirmarlo. Sólo señalo que hay poemas (y poemarios) que no se eligen escribir: nacen como un grito sin garganta. Vienen como necesidad imperiosa. Este es uno de esos poemas. Fue escrito como forma de elaborar, pensando en lo que ocurre tantas veces. Desde luego, hay otras líneas poéticas que coexisten e incluso inquieren más en la intimidad, pero mucho me costaría renunciar a esta crítica de algunas dimensiones sangrantes de los vínculos humanos.
Muchas gracias otra vez y va un fuerte abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Hola Jesús, mil gracias también a vos, por acusar el golpe y duplicar las apuestas que no aceptan la simple inexpugnabilidad de lo dado, sino que lo cuestionan, a fuerza de construir otros mundos. Te sé en la misma búsqueda, como a los demás compañeros que habitan este espacio, aunque desde luego, con tus marcas singulares, que resisten incluso la grilla de lo sublime.
No es a mí a quien hay que agradecer sino a todos aquellos que, al recorrer una página, le devuelven su vida latente.
Un abrazo fraterno,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Sí, Miguel, comprendo esa dificultad de acceso, al menos al principio. Desde luego, un texto que cuestiona la lógica de las alambradas tiene él mismo que aparecer rasgado por la división humana. En otras palabras, tiene él mismo que funcionar como aquello que corta, fragmenta el paso del lector. No le pide rapidez sino detención, incluso por la dificultad sintáctica de avanzar. Es usar lo formal como parte misma del sentido. ¿Y cómo no apelar a una alteración sintáctica que ralentiza y confunde cuando todo conjura contra la circulación de los grupos, de las personas, cuando las políticas de restricción segregacionista se conjugan a su vez con la desregulación de los flujos de mercancías, cuando en nombre de la “humanidad” los estados nutren y promueven mundos subhumanos, incluso con el doble e hipócrita rasero de la civilización?
Como sea Miguel, cuanto más conozco lo que ocurre en esta dimensión, más me convenzo de cuán lejos estamos de la promesa de una comunidad inclusiva.
Muchas gracias por tu comentario y recibe un saludo fraterno,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Sí Víktor, la foto toma el cansancio. Nada comparable, por cierto, a estas otras personas que el poema alude, donde el agotamiento ya es una situación vital permanente.
Me sé privilegiado, aunque como vos luchamos para que esos privilegios dejen de ser tales y se conviertan en derechos comunes.
Gracias otra vez por los comentarios elogiosos que haces sobre mi persona (aunque desde ya no me siento merecedor de todos ellos).
En verdad, todo lo que hagamos será insuficiente pero al mismo tiempo no menos necesario (si queremos cambiar algo). Y tampoco lo hacemos por medios sólo poéticos, por cierto.
En fin, va otro abrazo en este día,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Sí Laura, has presenciado la gestación de estas anotaciones, pero además, las has vivido en primera persona, porque tu historia te aproxima a estas otras vivencias dolientes.
Europa sigue siendo el nombre de una ambivalencia, aunque por momentos el proyecto que hegemonice no sea ambiguo sino muy claro: expulsar a todos esos "otros" que ya no resultan económicamente funcionales. El capitalismo (metropolitano) produce deshechos humanos a gran escala, aunque no todos comprendan que también ya les llegará su turno.
Como sea, gracias por acompañar y abrazar.
Un abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Sí Miguel, el "otro", el "extranjero" produce temor y es previsible que así sea: con su simple presencia, pone de manfiesto nuestra contingencia, nuestra posibilidad de ser de otro modo... El tema es cómo se gestiona ese miedo. Hay dos libros preciosos que he estado leyendo: "Archipiélago de excepciones" de Z. Baugman y "EL miedo a los bárbaros", de Todorov. Te los recomiendo porque esclarecen mucho sobre esta cuestión. Ambos coinciden en que el miedo suele ser fomentado por la derecha como estrategia electoral, pero más profundamente como forma de sostener unos privilegios ante la creciente inestabilidad de nuestros entornos. El otro aparece como amenaza laboral, en ocasiones, pero eso sólo ocurre por la pésima gestión que se hace de la "integración" (palabra-trampa): en vez de exigir o luchar por un mundo inclusivo, simplemente somos llamados a proteger nuestras ventajas excluyentes.
La angustia de la que hablas es la angustia de un mundo precarizado, donde la incertidumbre cada vez es mayor. Pero esa angustia no la crean los "heraldos negros" sino un sistema que distribuye migajas de un festín que gozan muy pocos.
Gracias otra vez Miguel, por tus comentarios y tu sinceridad.
Permitime enviarte un abrazo,
Arturo

Anónimo dijo...

Me alegra tu participación Arturo aquí y ahora y que decline el discurso precisamente hacia lo que considero de vital importancia. Por lo que respecta a las lecturas y autores pondré especial interés. El miedo y sus derivados son lo que nos hace situarnos: La no-justicia nos aplasta siempre como una losa, acompañado o agravado cuando tiene su pretensión a rango de ley, como bien dices por parte de su homogéneos. Y es cierto ahí funcionan los mecanismos y su psicología. Sin ir mas lejos esta tarde me comentaba un compañero de mi sector profesional, en su empresa con casi 200 trabajadores, que no cuentan con representación, no ya sindical: de ningún tipo, ni representativa ni de mediación. Chocante en su aseveración; —Así entré yo y así entramos todos, sin decir ni pío—. Y que cierto que una lista interminable de ejemplos, llámense prácticos tuyos y míos dejarían constancia de lo que a duras pena resiste, siempre bajo la coacción o el dominio de quienes tienen los recursos.
Todo ello me hace pensar hasta que punto és mi marginal felicidad y en que medida perfilo mi propia libertad.

Va en ello también mi abrazo y gracias Arturo por tus comentarios
Que pases buenas fiestas.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Arturo y Miguel:

como un niño he seguido vuestra estimulante y perspicaz conversación. Sobre los detalles y sobre las interrelaciones de lo humano con su entorno y sus congeneres. Sobre modos de percibir y modos de comunicar o de intentar recuperar lo invisibilizado, lo herido y excomulgado.

Vaya, el mestizaje de vivencias y palabras es fecundo.

Un abrazo grande a los dos,
graciaaas,

Víktor

Ana Muela Sopeña dijo...

A Arturo:

Un poema certero, exacto, directo al centro neurálgico del problema. Aún no hemos salido de la prehistoria en lo sociológico. El miedo al otro, el distinto porque es de otro país, clase social, clase cultural o grupo étnico está ahí. De ahí el racismo, la xenofobia, maximizar los méritos propios y minimizar los méritos ajenos. Hacer apología de las virtudes del grupo y criticar los defectos del exogrupo. Un poema que cala profundamente. Un poema con una estética desnuda, porque no necesita más y un análisis sociológico perfecto de la realidad, de nuestra realidad...

A Víktor:

Gracias por seleccionar este poema tan contundente, certero, redondo.

A Miguel:

Gracias por hacer cabida en tu espacio poético a este grandísimo poema.

Enhorabuena a los tres
Un abrazo
Ana

Arturo Borra dijo...

Bueno Miguel, para mí construir puentes es tarea grata y necesaria, sobre todo cuando los muros se propagan.
Y, efectivamente, hay demasiados miedos que se instauran como forma de control, incluyendo en el ámbito laboral. El temor a la pérdida de trabajo hace que se bajen incluso las banderas más básicas de los derechos laborales: jornadas extendidas y, como vos mismo apuntás, la carencia absoluta de representación sindical.
Algo lamentable para quienes luchamos por la expansión de las conquistas de los trabajadores.
En cualquier caso, un placer haber dialogado contigo al respecto.
Que pases también vos una buena fiesta y hasta la próxima me despido con un abrazo,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Querido Víktor, para ser niño sos bastante avispado, como se dice.
Pienso que efectivamente, todos nos constituimos en una cierta hibridación cultural. Mestizaje lo llamás vos: en cualquier caso, nuestra identidad se forma en una trama relacional (que implica al otro ya no como instrumento sino como condición de existencia de aquello que somos).
Por eso mismo, amigo, gracias por acompañarme y permitir estas interacciones que nos dan un sentido.
Un abrazo fuerte para vos en este fin de año,
Arturo

Arturo Borra dijo...

Hola Ana, gracias por tus comentarios elogiosos. Este poema nació desde el dolor, pero al encontrar alojo ese dolor se atempera.
Efectivamente, el miedo al otro produce cercas y lo que los sociólogos llaman "inclusión estratificada". Puesto que no lo puedo desterrar, lo incluyo, pero en una posición totalmente subordinada a los intereses locales. Lo mando al campo, a las fábricas, a los servicios socialmente no deseados.
Nada exclusivo a España; es la historia de los migrantes. Hacerse espacio en una geografía que los confina y los discrimina, a pesar de la prédica de la igualdad (más bien abstracta).
Gracias otra vez por tu lectura atenta y aprovecho para incluir tu blog en el mío.
Felices fiestas y un saludo cálido,
Arturo