domingo, 8 de noviembre de 2009

LOS QUE VIVEN YA MUERTOS

*

*
*
La voz
de los que no tienen voz
no puede ser escuchada,
*
pero en el sueño se oye
con todos sus matices.
*
La imagen
de los que no tienen cuerpo
no puede ser vista,
*
pero en la sombra se intuye
y se adivinan sus contornos.
*
El alma
de los que viven ya muertos
puede renacer,
*
aunque ese acto tiene
sus propios trucos...
*
*
Ana Muela Sopeña

6 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Un poema precioso, Ana. Preciso y cierto. Evocador...

Con el cariño de siempre. Soco

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Soco, por pasar y brindarme tus palabras, siempre cálidas y generosas.

Es importante no vivir muertos y no permitir que los que nos rodean vivan así...

Un beso
Ana

Anónimo dijo...

Ana:

Esta entrada y el suave rumor afirmativo que ronda ahora estación de acacias es algo que agradezco. No es fácil advertir de un connatural abandono de si, negación, ruina de una venganza, del sutil precio a pagar, ávida denuncia en el poema.
Aquí, ahora, es una voz envidiable, pulcro sostén, alerta, vigilia de los cuerpos.

Ronda tu acierto Ana, anímico obsequio.

Un besote

Ana Muela Sopeña dijo...

Miguel, me agrada que este poema te haya gustado.

Sí, debemos despertar a la vida y a la luz...

Un besote
Ana

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Ana:

Acaso dar por vivido lo soñado
apremie a de verdad no desdeñar
esa intuición, ese otro ver,
que desde la poesía de la atención
posas sobre lo imposible,
esposas en lo adamado,
reposas en el verso vertido
como el agua de los insomnios
que nunca olvida a los ausentes.

Y vivir, no sin corazón,
vivir vivamente, no rendirse
a las rutinas dominantes,
a la alienación de los desamparados
que en la esquizofrenia
del presente, se dejan hacer,
como marionetas cuyos hilos
mueve una ponzoñosa mano.

Un poema que invita a vivir de pie
y a asumir la vida
en sus márgenes también,
como el ensueño, la fantasía,
la idealidad, la utopía o el
amor radical.

Un beset

Viktor

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es, Víktor. Debemos despertar, ponernos en pie y vivir, con todo lo que ello conllevo. No vivir muertos sino vivir bien vivos. Crear, amar (radicalmente como dices tú), pensar, hacer cambios, solidarizarnos...ahora que todavía hay tiempo.

Un abrazo fuerte
Ana