martes, 12 de abril de 2011

DIÁLOGOS



La superficie de la tierra, el mar, la atmósfera... también hacen un intento utópico de dialogar con nosotros...

¿Por qué utópico?

Porque mientras el planeta nos habla, nos grita al no oírlo... nuestras pequeñas, grandes y enormes ganas de poder, de dinero, de abundancia, de imponer nuestras creencias y no permitir las del otro, de imponer nuestros criterios, nuestra razón, nuestra opinión, nuestro punto de vista, nuestra idea de justicia a favor nuestro también... esa apremiante necesidad nuestra, hace oídos sordos a las palabras, susurros, gritos, gemidos, alaridos... hechos de agua, tierra, aire y fuego y nos introduce más aún en la batalla, en la guerra, en la falta de clemencia ni bondad por ninguna de las partes, nos mete de lleno en la boca del lobo. Esa ferocidad nuestra por poseerlo todo, por imponerlo todo, por imponernos a todos... esa ferocidad nuestra de caníbal bulímico y enganchado a la sangre y carne más jugosas... esa ferocidad de animales de caverna y coto de caza, nos emborracha de gloria ilusoria y nos impulsa con fuerza hacia la destrucción más genuina que nos retrata así; feroces, altivos, embebidos, con la barbilla bien alta mientras de las comisuras de los labios la sangre de la que nos acabamos de alimentar, gotea suavemente y convierte nuestros patéticos intentos por imitar el lenguaje, en meros gruñidos y chillidos de humanoide que no es humano. Unos imitadores de lo humano, unos imitadores de aquello que debería hacernos únicos, de aquello que debería hacernos cuidadores de todo lo que nos sostiene.

No podemos dialogar porque ni siquiera somos conscientes de que estamos monologando en una lengua inarticulada de caníbales desposeídos de la alquimia que nos haría humanos.


Pequeños Deberes- ¿Cómo sería convertir aquello que no es humano en nosotros, nuevamente en humano?


Adriana Davidova

Artículo publicado en la revista digital Divertinajes:

http://www.divertinajes.com

A.AliciaNlaRealidad@gmail.com





Dibujos-Daniel Rabal Davidov

1 comentario:

Ari dijo...

Certero y desnudo! Tremendamente fuerte y hermoso texto de Adriana Davidova... ¿Cómo dialogar?