viernes, 9 de septiembre de 2011

OBSESIÓN




OBSESIÓN

La primavera de la media noche lo acompaña otra vez, un pálpito de sienes lo sigue en su hartazgo de buscar y no encontrar y llegar siempre a lo mismo. Paso a paso regresa a la rutina, escapó esa noche del ensueño de besos de esa boca que se ofrece entreabierta como roja granada y del cuerpo cimbreante que ha sido suyo pero… desconoce hasta su nombre. La busca, quiere encontrarla y en cada mujer la recrea pero sólo es un espejismo... no es ella.Hoy vuelve otra estación de acacias, es primavera, él anda y anda, la opresión del nudo que le ata y aprieta el corazón lo acompaña siempre. Al fin, hoy ha llegado a ese lugar sin límite y reconoce una puerta, frente a ella recuerda aquellos ojos de acacia en flor. Con mano temblorosa toca, hasta que alguien abre... Ella, envuelta en un nimbo lo mira, él reconoce el color de sus ojos, su boca entreabierta roja y jugosa como una granada. La envuelve ansioso entre el dogal de sus brazos... En un abrazo a sí mismo.





Leticia Garriga- México

4 comentarios:

Leticia dijo...

Un placer visitar la Estación de Acacias. Ana, Miguel y Víktor son su creadores-autores, poetas que dedican parte de su tiempo a estimular a aquellos que son sibaritas del placer por la lectura con su espacio singular, siempre ofreciendo nuevas perspectivas del pensamiento, de aquellos que afortunadamente podemos compartir este tiempo de nuestras vidas.
Un honor seguir siendo su huésped.Gracias especialmente a Ana, Miguel y Viktor.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias a ti, Leticia, por venir. Tu texto de prosa poética tiene muchas lecturas e interpretaciones y eso es muy bueno. Nos permite imaginar.

Es muy alegre tener aquí de nuevo.

Un beso muy grande y agradecido
Ana

Javier Vayá Albert dijo...

Hola, Ana.

Gracias por tu visita y tus palabras en mi blog.
Gracias también por darme a conocer este maravilloso espacio a tres manos-o plumas-de letras y versos espléndidos.

Un abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Clochard, por tu visita y efusivas palabras.

Un abrazo
Ana