jueves, 24 de marzo de 2011

A LOS 50 DE FUKUSHIMA





A vosotros os canto
con la palabra eterna: gratitud.

El viento se ha quebrado
en el aire con humo de la Tierra.

Sabéis sobre el futuro
más allá de los índices Nikkei.

Consagráis vuestras vidas
para que pueda existir vida y más vida.

Pensáis sólo en los otros
en esos descendientes de Japón
y de otros lugares de la Tierra.

Debemos aprender de vuestra alma
la solidaridad con Gaia entera
y con otros Humanos,
sin hacer distinciones.

La flor de loto se abre
en líneas del espacio
para expresar tan sólo
un gracias en el cielo
en todos los idiomas de la Tierra.


Ana Muela Sopeña


*****

El índice Nikkei es un índice bursátil formado por las 225 empresas más importantes que cotizan en la Bolsa de Tokio.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico canto de gratitud, Ana.

Entregar la vida, junto al trabajo, la familia, junto al horror acuciante, que persiste. A expensas de que las autoridades japonesas extremen las condiciones de seguridad de sus técnicos y empleados para evitar lo peor.
La escalofriante magnitud de víctimas y sufrimiento, que nos tiene a todos en vilo, eleva esta solidaridad a escala planetaria. Esperamos aprender a armonizar un espíritu con unas leyes de piedra obediente e imprevisible naturaleza.

Yo creo que sí.

Mi abrazo y mi condolencia por Japón

Ana Muela Sopeña dijo...

Miguel, efectivamente lo que está sucediendo en Japón no les afecta sólo a ellos. Es algo de gran impacto para el planeta entero. Ya no hay fronteras en este tipo de desastres. Y desde luego debemos reflexionar sobre la fragilidad de nuestro mundo y de nuestro sistema energético.

Estamos todos en vilo, sí. ¿Cómo no estarlo?


Te dejo, Miguel, un abrazo y mi amistad de siempre.
Ana

Leticia dijo...

Una reflexión en la Estación de Acacias.

Las flores del cerezo,el loto y el bambú... han perdido su cuerpo.
Esperemos que los hermanos japonenes,vuelvan a ofrecernos el equilibrio de la vida del planeta y se haga presente en sus jardínes de cerezos en flor...
Gracias Ana por este conmovedor poema.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

es pronto, quizá, para saber a ciencia cierta qué pasa, porqué pasa y cómo será entendible o no en el futuro esta gran desastre de Fukushima. En principio, lo heróico de este medio centenar de japoneses nos interroga. Tu texto extalta las grandes virtudes, Ana. Respira compasión, ternura, crítica al capitalismo, empatía y también temblor ante las físuras del mundo.

Bien está poner el dedo en la llaga, más si sirve para recordar no sólo la herida sino las pautas hacia una salud sostenible.

Un beset, Ana.

Ana Muela Sopeña dijo...

Leticia, es tan desgarrador lo que está pasando en Japón, que para mí es como si estuviera pasando al lado de mi casa. Porque para mí, ya, el planeta Tierra es pequeño. No siento que otros continentes están lejos. Creo que todos estamos muy juntos porque dependemos del aire, del agua, del mar, de la tierra, de los cultivos. Todo está interrelacionado de un modo absoluto.

Te dejo un abrazo, amiga
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es, Víktor. Nuestro mundo es frágil y aún no sabemos muy bien qué está pasando porque la información que nos llega está sesgada...

Ojalá estos acontecimientos sirvan para reflexionar y hacer ajustes en lo energético que nos vengan bien a todos. La energía nuclear no es segura, como nos han querido vender ya que la tierra está llena de fallas. En estas fallas hay seísmos y terremotos. Así que la seguridad que nos han querido vender es una seguridad siempre y cuando no haya seísmos, terremotos de magnitud, guerras o atentados...¿Existe???? No, parece que no. Estos acontecimientos de Japón abren el debate de la energía y posiblemente habrá muchas posturas, pero desde luego no queremos recoger cáncer, queremos la vida, la sostenibilidad. Y la Bolsa, las finanzas...están detrás de todo esto.

Un instante de la vida colectiva de la Tierra para reflexionar...y para hacer cambios que nos lleven a una vida sostenible.

Un abrazo
Ana