viernes, 15 de abril de 2011

Alcázar de Sevilla por Nacho Iñiguez


Ahora se respira el musgo con otra fragancia de arquitectura, no menos integradora del tiempo que ahora toca vivir, un escritorio cercano, reflexivo el susurro de la cosa familiar que nos habla se acicala en el trecho de esas arcadas junto a sus pilares. Una imagen para sostener ese universo, agrupar el miedo y darle nombre, contener el alba que renace cada día en nosotros, cuando se escucha el eco en estancias de gotas casi metálicas, reverberan nuevos propósitos, son despertares o advertencia de azules paseantes.




Fotografía de Ignacio Iñiguez

y galería en enlace:





http://www.ipernity.com/doc/181782/album/228595/show


http://www.ipernity.com/doc/181782/album/228595

4 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Muy hermoso texto sobre el Alcázar de Sevilla, Nacho. Se respira el ambiente de Al-Ándalus en tus palabras.

Me ha gustado mucho
Un abrazo
Ana

Anónimo dijo...

Gracias Ana por estar y dejar tu huella generosa. Al-Ándalus es mundo por descubrir constantemente.




Y a ti, Nacho gracias por alumbrar esta bóveda familiar, conservarla, alimentarla. De esas imágenes que contiene ese semblante, que congrega, que acoge a esos azules paseantes.

Leticia dijo...

Tuve el placer de visitar el espacio que citas Miguel, un bordado en estuco por manos mozárabes de movimientos, yo diría perfectos.
Un placer llegar a estos lugares y andar también entre sus fuentes y jardínes.Por cierto me inspiraron un poema que está en mi Blog, "Celosía".
Preciosa evocación que deleita a tus lectores Miguel. ¡Gracias!

Anónimo dijo...

Gracias, Leticia, por tus palabras, que lo son de reencuentro. Pues he de decir que yo pase un año forzado en esta ciudad, realizando el servicio militar obligatorio y, haciendo de aquellos permisos caminos de ocio y descubrimiento;

Nacho, con sus imágenes ahora, lubrifica esa mirada, rebautiza los pasos, la historia, nuestras noches de cielo abierto.

Un abrazo